ACCIONES DE AFILIADOS MARYKNOLL EN PERÚ
Por Alberto Bailetti, integrante de Sembradores de Amor
Afiliado Maryknoll; Lima, Perú
Los Afiliados Maryknoll en Lima, Perú están distribuidos en tres comunidades: La de San Francisco de Asís y del Niño Jesús que nacieron en el distrito de San Juan de Miraflores, lugar en el que los Maryknoll, fundaron parroquias desde su creación, a principios de los años 50. Por esa misma época, la Congregación construyó la Parroquia y El Colegio Santa Rosa de Lima en el distrito de Lince. La tercera comunidad de Afiliados, llamada Sembradores de Amor, formada por ex alumnos de dicho colegio que venían trabajando juntos en la Fundación Rev Bernard Byrne Maryknoll Missionary, fundada el año 2007.
A fines del año 2012 las comunidades de Lima, incluida la Fundación, acordaron unir esfuerzos y desarrollar un Calendario de actividades por la Paz 2013, llamado Mahatma Gandhi, considerando que el tema de la violencia es crítico en esta zona y en general en el Perú.
Siguiendo nuestra formación cristiana y una máxima de Gandhi nos propusimos a partir de la NO Violencia procurar cambiar una pequeña comunidad confiados en que con ello ayudaríamos a la transformación de todo el país. Las actividades del Calendario que se han llevado a cabo hasta la fecha y fotos de las mismas pueden verse en la página web de la Fundación www.fund-revbernardbyrne-mm.org.
EL CALENDARIO DE LA PAZ Y LA SALUD
Durante este año 2013, los Afiliados Maryknoll de Lima participamos en el denominado Calendario de la Paz, Mahatma Gandhi, dedicado al tema de la Violencia y al Método de la No Violencia, partiendo de las experiencias cotidianas de la comunidad de San Francisco de Asís en Pamplona Alta, San Juan de Miraflores. Tres meses del Calendario fueron dedicados a plantas alimenticias y medicinales.
El Perú es un país rico en flora y fauna. Sus culturas ancestrales mantienen importantes conocimientos tradicionales sobre su uso y efectos sobre la salud. Un ejemplo histórico es la corteza del árbol de la quina para la cura de la malaria o paludismo que constituyó uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la medicina.
Principales laboratorios del extranjero han corroborado el valor de productos naturales del Perú para la prevención y tratamiento del cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes etc. Por ejemplo, la papa morada tiene 28 veces más antiocianinas que la que se expende en los supermercados, el camu-camu, 40 veces más vitamina C que la naranja, la goma del árbol de la tara causa la apoptosis, suicidio de células malignas, la guanábana, el maíz morado, la quinua y una lista de otras plantas nativas refuerzan el aparato inmunológico y sirven para enfrentar las enfermedades más graves.
Sin embargo, en nuestra sociedad moderna peruana prima el consumismo incentivado por la propaganda y el afán de lucro, privilegiando la oferta de alimentos procesados y venta de vitaminas sintéticas; lo que constituye una forma grave de violencia ejercida contra el bienestar de la mayoría de peruanos y una agresión contra los valores culturales tradicionales.
En el Perú como en casi toda Latinoamérica el Estado no presta mayor atención al tema de los recursos naturales, conocimientos tradicionales y la salud, tampoco las universidades; con algunas excepciones. No existe apoyo económico a la investigación científica para promover su mejor uso y desarrollo, no contamos con un vademécum oficial de plantas medicinales (como sí lo tiene Colombia), no formamos profesionales de la salud especializado en este campo, no hay una efectiva protección a los conocimientos tradicionales etc. A su vez, la mayor parte de los médicos ven la medicina tradicional con escepticismo.
Los jesuitas en el Perú, antes de su expulsión en 1767, nos mostraron un camino alternativo y las grandes ventajas que conlleva para las personas. Ellos basaron la práctica de su medicina misionera en recursos naturales locales y en el conocimiento tradicional que encontraron. Fue gracias a esto que los jesuitas difundieron los polvos de la corteza del árbol de la quina para curar la malaria o paludismo.
En el Perú del siglo XXI las Hermanas Lauritas son un ejemplo de la práctica de una medicina misionera como la de los jesuitas, que valora los recursos naturales nativos y los conocimientos tradicionales de las comunidades. Ellas tuvieron a su cargo uno de los seminarios que tuvimos en el Calendario 2013. Esta congregación religiosa cumple su misión cristiana desde hace décadas en las selvas del Perú y Ecuador con la nación de los actuar.
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