domingo, 1 de diciembre de 2013

Buena Nueva

GRAN CORAZÓN Y SENTIDO DEL HUMOR
MOLLIE UNA MUJER COMPROMETIDA CON LA REALIDAD
Por Rosa Beatriz de Larios, Afiliada Maryknoll Guatemala
 
 
 

 
El sábado 12 de octubre del presente año a las dos y media de la tarde en Seneca Falls, New York, Estados Unidos, se llevó a cabo la 24 Ceremonia de Juramentación en el Salón Nacional de la Fama de Mujeres norteamericanas.  Ceremonia que honra a mujeres ciudadanas estadounidenses cuyas contribuciones a las artes, deportes, negocios, educación, gobierno, humanidades, filantropías y ciencia ha sido de gran valor para el desarrollo del país en lo social, económico y cultural y ha tenido un impacto a nivel internacional.
Honrar a Mujeres en el Seneca Falls, lleva a recordar cuando en 1848 mujeres se reúnen para celebrar la Primera Convención sobre los derechos de las mujeres en Estados Unidos que da origen al feminismo estadounidense.  Oportunidad en la que publican la Declaración de Seneca Falls, denunciando las restricciones, sobre todo políticas, a las que estaban sometidas.  Ellas no podían votar, presentarse a elecciones, ocupar cargos públicos, afiliarse a organizaciones políticas, ni asistir a reuniones políticas. 
Quien visita el salón se recrea leyendo el legado de 247 mujeres de ayer y de hoy que han dejado a nivel nacional e internacional e inspira a formar a las lideresas del mañana.
En esta ceremonia se honró a 9  mujeres. Mother Mary Joseph (1882 – 1955), quien fue una de ellas, recibió el homenaje póstumo. Ella fue fundadora de la Congregación de las Sisters de Maryknoll de Santo Domingo.   Sister Janice McLaughlin, MM, actual presidenta de las Sisters de Maryknoll, recibió el homenaje en nombre de las Sisters de Maryknoll, diciendo: ¡Qué privilegio para mí representar a las Sisters de Maryknoll y estar compartiendo con estas mujeres que inspiran!  (En las siguientes página se reproduce el discurso pronunciado por Sister Janice traducido al español).
Afiliados Maryknoll reconoce, valora y celebra en Mother Mary Joseph Rogers el legado de ser pionera al fundar la primera Congregación misionera de mujeres norteamericanas católicas y visionar a misioneras sin fronteras.  Expresamos nuestra gratitud y admiración a las Sisters de Maryknoll por continuar siendo una inspiración para la Familia Maryknoll y  especialmente por su testimonio de vida que nos ha enseñado a unir la  contemplación y la acción, a ser firmes en nuestras convicciones y a asumir el liderazgo con las personas más vulnerables de esta sociedad.
 
Discurso pronunciado por Sister Janice
Traducción al español al cuidado de Sister Bernice Kita, MM
Para leer el discurso en inglés visite: http://www.mklsisters.org/blog/tag/national-womens-hall-of-fame/
Si Mother Mary Joseph Rogers hubiera estado con nosotras el día de hoy, creo que diría que no solo estamos celebrando a una persona o a la comunidad que ella fundó, sino que honramos a todas las mujeres que están tratando de que el mundo sea un mejor lugar para todas y todos; su visión era inclusiva y global.
Me alegra el que muchos miembros de la familia Rogers estén acompañándonos el día de hoy,  así como miembros de la familia extendida de Maryknoll.
El año pasado las Sisters de Maryknoll celebramos el aniversario de nuestros cien años – cien años viviendo la visión de Mother Mary Joseph, un servicio compasivo alrededor del mundo.   Al iniciar nuestro segundo siglo de misión, continuamos llegando con su corazón global sin prejuicios a todas aquellas personas que sufren.
Mary Josephine Rogers, conocida cariñosamente como Mollie, venía de una familia Irlandesa Católica de Boston que era grande y amorosa.  El Hogar de los Rogers acogía a compañeras de clase y amigos, quienes, cuando los visitaban, cantaban alrededor del piano, bailaban, jugaban y disfrutaban la buena comida y las buenas historias que se contaban alrededor de la mesa.  Mollie llevó ese espíritu familiar de compartir, divertirse y reírse a Maryknoll.
Desde los inicios de su vida, desarrolló una visión por lo internacional y un aprecio a lo diverso.  Su colección de libros y muñecas de todas partes del mundo le ayudó a ver una realidad más allá de Boston. Al ver su vida hacia atrás, comenta: “desde pequeña estaba profundamente interesada en la existencia de hermanas y hermanos “pequeños” en tierras lejanas, muy diferentes a mi etnia, color y credo”.
Este corazón abierto y capaz de abarcar a todo el mundo se hizo visible en su discurso de despedida al graduarse de West Roxbury High School en 1990.  Tomó el tema de la tolerancia y empezó con una cita de San Agustín: “En lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; en todas las cosas, caridad” fueron los principios que orientaron a la congregación misionera que fundó en 1912 – la primera congregación misionera americana para mujeres religiosas.
Tenía sólo 29 años cuando tomó este gran paso en su vida.  Nueve años más tarde envió a seis Maryknoll Sisters a China.  Como pioneras dieron a conocer una forma nueva de hacer misión; iban de dos en dos a vivir por varias semanas a los hogares de las personas pobres de las poblaciones que visitaban,  compartían las mismas dificultades y forma de vida.
Se adelantó a su tiempo, aún en la forma de rezar. Se volvió a las mujeres místicas en busca de inspiración. Ofreció a las mujeres inspiraciones contemplativas.  Teresa de Ávila, una famosa contemplativa y doctora de la iglesia, llegó a ser nuestra patrona.  Mother Mary Joseph decía que teníamos que ser contemplativas en acción – combinar el trabajo y la oración – y aprender a vivir en la Presencia de Dios.
Nos enseñó a respetar otras culturas y a estar abiertas al diálogo con personas de diversas creencias.  Al educar a los nuevos miembros, les decía: “Maryknoll no va a convertir a los asiáticos o a los africanos en americanos o en habitantes del oeste… en lo que respecta a costumbres, nosotras somos las que cambiamos”.
Mother Mary Joseph tenía una comprensión de las situaciones mundiales y estaba abierta a la toma de riesgos cuando la necesidad de nuestro servicio era grande.  Entonces, no vaciló al enviar a las Sisters a situaciones peligrosas en las cuales podrían enfrentar la prisión, la deportación y  la muerte.  Así sucedió en China, Corea del Norte, Japón y Las Filipinas.  En años recientes, compartimos el mismo destino de los pobres cuando dos de nuestras Sisters fueron asesinadas en el Salvador con otras mujeres de la iglesia.  Posiblemente pueden recordar sus nombres: las Sister Ita Ford y Maura Clarke con la Sister Ursulina Dorothy Kazel y la misionera laica Jean Donovan.
 
Aunque el dolor y la pérdida eran parte de su vida tenía un espíritu alegre y nos enseñó a disfrutar de cosas sencillas – la belleza de la naturaleza y la belleza de cada persona.  Ella cotizaba “honrar el sentido del humor” como una de las cualidades que debía identificar a una Sister de Maryknoll.  Su humor y sentido de diversión eran contagiosos.  Si tuviera más tiempo, podría contarles historias maravillosas, pero mencionaré una de ellas. Más tarde en su vida decía: “Cuando era una niña pequeña soñaba ser lo suficientemente rica para poder tener una tienda de helados en mi casa”.  En vez de este sueño, introduce la costumbre de tener helados en cada casa de Maryknoll alrededor del mundo, el 15 de octubre, la fiesta de nuestra patrona, Teresa de Ávila.  Invito a ustedes a disfrutar un helado en su honor este martes, 15 de octubre.
Aunque el mundo ha cambiado drásticamente en el último siglo, el testimonio de vida de Mother Mary Joseph continúa inspirándonos a traducir sus palabras y hechos en acciones actuales.  Hoy servimos en dos docenas de países, incluyendo los Estados Unidos, donde cuidamos a los huérfanos que han perdido sus padres por el VIH,  participamos en diálogos inter religiosos, atendemos a las víctimas de tráfico humano, acompañamos a migrantes, abogamos por la protección del ambiente, ofrecemos educación para la paz en situaciones de conflicto y colaboramos sanando los traumas de las personas víctimas de la violencia.  
 
Creemos que su legado vive no solo en las mujeres que se unieron a Maryknoll pero en los miles de personas que han sido tocadas por nuestras vidas a lo largo de todos estos años.  Una graduada de uno de los Colegios de Filipinas lo resumió al escribir: “Ellas (Maryknoll Sisters) viven, si no en un hall nacional de la fama como su fundadora, entonces en los corazones, mentes y vidas de quienes ellas enseñaron y amaron.”
Damos gracias por ese legado y por el honor de que Mother Mary Joseph Rogers se uniera a otras mujeres líderes destacadas en el Salón Nacional de la Fama.



 

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