jueves, 7 de marzo de 2013

Editorial


SER SUJETO, NO OBJETO

Por Rosa Beatriz Castañeda de Larios,
Editora de No Tan Lejos del Horizonte
Versión en español

La dignidad es inherente a toda persona, a su esencia y naturaleza.  Los derechos fundamentales parten del reconocimiento que toda persona posee una dignidad que debe ser respetada independientemente de los valores que imperen en el mundo.

¿Entonces, por qué la violencia contra las mujeres?

Ivonne Guevara, brasileña y teóloga feminista, llama el “rostro oculto del mal” al explicar las raíces de la violencia contra las mujeres.  Según ella, el mal de la desigualdad, se manifiesta para las mujeres en cuatro formas concretas: a) La imposición social del rol de servicio a las mujeres, responsables de cuidar a niños, enfermos y ancianos; siendo muchas veces despreciadas por no tener “buenas” cualidades si no lo hacen bien y/o culpabilizadas cuando no tienen recursos para cumplir con el que la misma sociedad les ha asignado; b) No es aceptado que las mujeres se expresen con libertad, su palabra  no es valorada, su cuerpo no es respetado, no goza de las mismas oportunidades democráticas; c)  Aun teniendo los mismos derechos, las mujeres siguen sin igual acceso de oportunidades, son analfabetas, sus conocimientos ancestrales no son reconocidos, sus saberes son domesticados, la opinión masculina es más valiosa, reconocida y autorizada que la femenina.  El ansia de saber es castigada; d) Se considera que las mujeres valen menos que los hombres, como es evidenciado en los feminicidios que se dan en varios países del mundo.

¿Cómo transformar esta visión sobre las mujeres?

Un primer paso es reconocer que existen violencias específicas contra las mujeres: física, sexual, psicológica, económica, simbólica, entre otras.  Estas violencias se dan en el marco de sociedades machistas, autoritarias y sexistas, en donde no se reconocen sus derechos.

Muchas mujeres sobrevivientes de violencia están rompiendo el silencio.  Y están clamando por ser consideradas SUJETOS, no víctimas. Cada una debe recuperar la posibilidad de desarrollar una conciencia de SER para sí misma y no para los demás, base fundamental de SER SUJETO,  y para confrontar el “rostro oculto del mal”.

Y esto significa  situaciones tales como: no asumir el rol de que fue creada para estar al servicio de la familia y los hijos en exclusividad.  No tratar a las mujeres como menores de edad que tienen que pedirle permiso al esposo para salir, para tener ciertas amigas, no sentirse culpable por hacer las cosas que quiere hacer, especialmente descansar. Para SER mujer no debe ubicarse como dependiente del marido, el jefe, jefa, amigas, del Estado, la Iglesia.  Debe reconocer que aporta económica y socialmente a la sociedad y que tiene capacidad autónoma sobre su vida y cuerpo.

Esta primea edición de No Tan Lejos del Horizonte, está dedicada a las mujeres. A las problemáticas que vivimos y compartimos en la región latinoamericana, a las Buenas Nuevas que esperanzadoramente anuncian  los esfuerzos constantes por ejercer nuestros derechos. Todo esto, desde los testimonios de afiliadas y afiliados Maryknoll, dispuestos a transformar el mundo desde la Visión Global, la Espiritualidad, la Comunidad y la Acción.






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