SER SUJETO, NO OBJETO
Por Rosa Beatriz Castañeda
de Larios,
Editora de No Tan Lejos del
Horizonte
Versión en español
La dignidad es inherente a toda persona, a su esencia y
naturaleza. Los derechos fundamentales
parten del reconocimiento que toda persona posee una dignidad que debe ser
respetada independientemente de los valores que imperen en el mundo.
¿Entonces, por qué la
violencia contra las mujeres?
Ivonne Guevara, brasileña y teóloga feminista, llama el “rostro oculto del mal” al explicar las
raíces de la violencia contra las mujeres.
Según ella, el mal de la desigualdad, se manifiesta para las mujeres en
cuatro formas concretas: a) La imposición social del rol de servicio a las
mujeres, responsables de cuidar a niños, enfermos y ancianos; siendo muchas
veces despreciadas por no tener “buenas” cualidades si no lo hacen bien y/o
culpabilizadas cuando no tienen recursos para cumplir con el que la misma
sociedad les ha asignado; b) No es aceptado que las mujeres se expresen con
libertad, su palabra no es valorada, su
cuerpo no es respetado, no goza de las mismas oportunidades democráticas;
c) Aun teniendo los mismos derechos, las
mujeres siguen sin igual acceso de oportunidades, son analfabetas, sus
conocimientos ancestrales no son reconocidos, sus saberes son domesticados, la
opinión masculina es más valiosa, reconocida y autorizada que la femenina. El ansia de saber es castigada; d) Se
considera que las mujeres valen menos que los hombres, como es evidenciado en
los feminicidios que se dan en varios países del mundo.
¿Cómo transformar esta
visión sobre las mujeres?
Un primer paso es reconocer que existen violencias
específicas contra las mujeres: física, sexual, psicológica, económica,
simbólica, entre otras. Estas violencias
se dan en el marco de sociedades machistas, autoritarias y sexistas, en donde
no se reconocen sus derechos.
Muchas mujeres sobrevivientes de violencia están
rompiendo el silencio. Y están clamando
por ser consideradas SUJETOS, no víctimas. Cada una debe recuperar la
posibilidad de desarrollar una conciencia de SER para sí misma y no para los
demás, base fundamental de SER SUJETO, y
para confrontar el “rostro oculto del mal”.
Y esto significa
situaciones tales como: no asumir el rol de que fue creada para estar al
servicio de la familia y los hijos en exclusividad. No tratar a las mujeres como menores de edad
que tienen que pedirle permiso al esposo para salir, para tener ciertas amigas,
no sentirse culpable por hacer las cosas que quiere hacer, especialmente
descansar. Para SER mujer no debe ubicarse como dependiente del marido, el
jefe, jefa, amigas, del Estado, la Iglesia.
Debe reconocer que aporta económica y socialmente a la sociedad y que
tiene capacidad autónoma sobre su vida y cuerpo.
Esta primea edición de No Tan Lejos del Horizonte, está
dedicada a las mujeres. A las problemáticas que vivimos y compartimos en la
región latinoamericana, a las Buenas Nuevas que esperanzadoramente
anuncian los esfuerzos constantes por
ejercer nuestros derechos. Todo esto, desde los testimonios de afiliadas y
afiliados Maryknoll, dispuestos a transformar el mundo desde la Visión Global,
la Espiritualidad, la Comunidad y la Acción.
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