domingo, 1 de septiembre de 2013

Editorial

LA FE SE VIVE Y SE CELEBRA EN COMUNIDAD


  Por Rosa Beatriz Castañeda de Larios
Editora de No Tan Lejos del Horizonte
Versión en español

Celebrar la fe es tener un tiempo para encontrarse con el Creador de la vida y de la historia; es sentirse alegre porque el Creador se hace presente y nos acompaña en el caminar de la vida. 

Celebrar la fe es momento de fiesta, de reflexión, de recrear y recrearse, romper con la rutina, sentir la vida como un regalo que vale la pena vivirse en plenitud. 

Celebrar la fe en comunidad es expresar a través de la música, los relatos, las imágenes, la danza, las oraciones,… eventos importantes de cada cultura, que mueven al cambio de actitud y de vida.

Celebrar la fe es cultivar lo que lleva a establecer relaciones de calidad con Jesús: construir comunidades que rezan en unidad, que comparten los problemas y necesidades de cada uno y una, se animan y apoyan entre sí.  

Celebrar la fe conduce a vivir de manera sobria, cultivando la solidaridad, agradeciendo el don de la vida, trabajando por un mundo más humano y unificando toda acción desde el amor.

Celebrar la fe es buscar espacios para dialogar con otros creyentes para compartir dudas, inquietudes con el fin de nutrir y reavivar la fe.

Celebrar la fe es ser hombres y mujeres, Afiliados Maryknoll, que amen lo que creen y que creen lo que aman, reanimando cada día una fe alegre, llena de esperanza y que lleva a asumir riesgos.

 Encuentro de Afiliados Maryknoll Guatemala, junio 2013

¿Qué pasa en Latinoamérica?

MIGRANTE SE ESCRIBE CON “M” ¡ “M” DE MUCHA FE!

Por Cecilia Garcés
Afiliada Maryknoll, Guatemala
 

 
 
La capacidad de movilizarse para buscar recursos que permitan satisfacer sus necesidades es una característica innata de los seres humanos. Desde el inicio de la humanidad la migración ha sido la estrategia por excelencia para acceder a los bienes necesarios que permitan, mediante el esfuerzo, una calidad de vida digna y la continuidad de la especie humana. Mientras las sociedades desarrollaron la idea del Estado, establecieron fronteras y límites que delimitaban territorios, legislación y también oportunidades.
 
Para las familias latinoamericanas en general y las guatemaltecas en particular, la migración ha representado una oportunidad frente a la ausencia de fuentes de empleo, educación, salud, recreación y desarrollo integral de su país. Si bien la travesía es una pesadilla, ésta se realiza con fe en que será posible llegar al otro lado, incorporarse al mercado laboral y enviar a casa los resultados del trabajo bien hecho en una nación ajena. El Banguat reporta que en junio del 2013 el país recibió alrededor de 417 millones de dólares por remesas, producto del trabajo de guatemaltecos y guatemaltecas en el extranjero (Rodríguez, 2013).
 
Los movimientos migratorios masivos han contribuido a extender la conciencia de una humanidad global que está tendiendo a socializar los costos del llamado desarrollo pero a limitar el acceso a sus beneficios. Las normas y políticas antimigratorias impuestas por los países desarrollados, buscan contener dentro de su territorio las riquezas resultantes del trabajo de hombres y mujeres. Sin embargo la deportación de personas al país afecta además de los ingresos, las dinámicas sociales e incluso la dinámica de familias que son divididas forzosamente. A pesar de ello, la migración continúa y se fortalece la COMUNIDAD guatemalteca y de migrantes de todos los países, que buscan unidos estrategias para sobrevivir a las limitantes que les imponen sus propios estados. Según fuentes oficiales actualmente alrededor de 1.3 millones de guatemaltecos viven en Estados Unidos y de éstos un 30% vive en condición irregular. (Reforma Migratoria aprobada en Senado de EEUU llena de esperanza a guatemaltecos, 2013)
 
A pesar de las continuas deportaciones masivas, para las y los migrantes la recién aprobada reforma migratoria en Estados Unidos, es una señal de esperanza. Está por reconocerse la importancia del aporte que la comunidad migrante hace a la economía a la sociedad del país en el que viven, algunos como huéspedes y otros más como residentes. La vida, el trabajo y la fuerza comunitaria de las poblaciones migrantes para resistir ante la adversidad y encontrar esperanza en dónde no pareciera haberla insta a reflexionar en dos aspectos propios de la humanidad: 1. La Igualdad universal de todo ser humano en dignidad y derechos y 2. La fortaleza que otorga la fe individual y colectiva para defender y proteger dicha integridad. Por esto es que Migrante se escribe con M…M de Mucha Fe.
 
Fuentes:
 
-Rodríguez, Manuel (2013). Esperan fortalecimiento de envío de remesas con reforma migratoria. Guatemala: La Hora, 22 de julio de 2013.
-Reforma Migratoria aprobada en Senado de EEUU llena de esperanza a guatemaltecos (2013). Efe, 28 de julio de 2013.


Buena Nueva

 

UNA PREGUNTA, DIVERSAS RESPUESTAS

 
Desde No Tan Lejos del Horizonte pedimos a diferentes personas que respondieran a la siguiente pregunta ¿Qué es celebrar la fe para mí? Compartimos con ustedes las respuestas a estas preguntas desde diversas miradas. Sin duda, estas miradas diversas son las que enriquecen la celebración de la fe en nuestro continente.


Dennis Smith, Misionero Presbiteriano

La guerra en Guatemala perduró 36 años; ningún ser humano salió ileso de este trágico conflicto.  Doscientos mil muertos.  Un millón de personas desplazadas, 440 aldeas borradas del mapa.  La violencia nos violentó de manera pareja.  Ser verdugo, víctima o testigo, semejante violencia rompió algo en lo más profundo de cada persona.

En Guatemala estamos aprendiendo que “celebrar la fe” es construir el mundo imaginado por Dios, y que esta lucha debe seguir.  Pero también estamos aprendiendo que es una lucha que nos va a consumir.  Habiendo quedado tan profundamente fracturadas en la esencia de nuestro ser por la guerra, hemos aprendido que la lucha por construir una paz justa y duradera nos dejará aún más rotos.  Aún así, al celebrar nuestra fe en comunidad – al celebrar la vida misma – construimos esperanza. Hoy todavía nos aflige la fragmentación e intolerancia, todavía estamos aprendiendo cómo celebrar la diversidad y la diferencia.  Todavía subyace en nuestro ser colectivo el espectro de la violencia: hombres contra mujeres, ladinos contra indígenas, ricos contra pobres, los de la ciudad contra los del campo.

Al hacer este análisis, en ningún momento estoy menospreciando el aporte enorme de fe y testimonio de concientización y obra social hecho por nuestras iglesias al pueblo latinoamericano.  Nuestras iglesias han echado raíces aquí.  Hemos ganado el derecho de llamarnos iglesias latinoamericanas.  Es justo y necesario celebrar el testimonio vivo de tantos hermanos y hermanas que han sido, que siguen siendo, portadores fieles del Evangelio. Siendo fiel a tantos testigos y testigas fieles, es hora de recuperar la tradición de humildad y hospitalidad que forman parte esencial de las buenas nuevas de Jesús.  Y como presbiteriano, heredero de la tradición de Juan Calvino y Juan Knox, afirmo que formamos parte de una iglesia reformada, siempre reformándose.  Entiendo que Dios no se agota en mi humilde comprensión de su persona; Dios no se agota en mi experiencia.

Dios se manifiesta en lo más profundo de nuestro corazón, nos desafía, nos perdona, nos transforma, nos consuela, nos acompaña siempre.  Pero Dios no se agota en nuestra experiencia particular.  Dios no se agota en un credo, en una nación, en un idioma, una cultura, una historia.  Por eso debemos mostrar respeto hacia personas de otras tradiciones y manifestar nuestra disposición de aprender de ellas.  Nunca debemos tratar de reducir al Creador del Universo a nuestra religión; a nuestro credo. En mi propio peregrinaje, he llegado a comprender que mi propia salud, mi propia plenitud y bienestar como ser humano depende de mi capacidad de nutrirme, desde mi propia fe, de las experiencias de fe de toda persona de buena voluntad.  Esto es celebrar la fe…

 
Hna. Angélica Segoviano, OSR; República Dominicana

Celebrar la FE, significa asumir  y contagiar  una actitud de  entrega alegre al servicio de los demás, es  mirar con ternura a quien no se siente  amado, es dar lo mejor de  nosotras  mismas a los  demás, construyendo así un sociedad más justa, humana y solidaria.   Reunidos, para CELEBRAR LA FE, es ver  nacer a una,  un niña/niño,  es ver  levantarse a  una mujer encorvada porque se ha descubierto hija de DIOS, es oír la voz de  un padre que pide  perdón a su esposa  porque  se  equivocó al juzgarla, es saludar  a la mujer de la guagua que viaja  cansada  PERO FELIZ, porque lleva de comer  a sus hijos.  Celebrar la  fe, significa unir  corazones  cariñoso y  contagiar a otros que  no quieren ver que la  FE   SIN OBRAS  NO ES  FE…..LA VIDA   RECLAMA Y NOS GRITA QUE LE FE  ES VIVIR  EL EVANGELIO DE  JESUS…. DEJARNOS  TRANSFORMAR  POR ÉL…..AMAR  Y SER  AMADOS.
 
Astrid Castañeda de Celis, Guatemala
Me causa mucha emoción el que me pregunten, qué significa para usted Celebrar la fe.  Nunca antes lo había pensado.  Una celebración es siempre motivo de mucha alegría y esto es precisamente lo que siento: alegría, ilusión, esperanza de reafirmar el creer en un Dios de amor y esforzarme a vivir de acuerdo a su voluntad.  Es sentir en Él la fortaleza necesaria para seguir adelante, hablarle, pedirle, escucharle y darle gracias por tantas bendiciones recibidas.
Nelson Gramajo, Proyecto Vida
Coatepeque, Guatemala
Para mí un acontecimiento de fe es admirar algo muy especial, como un milagro.  También es celebrar algo que no se ve, pero se siente.  La fe lleva a creer en algo que no se ve.
Bob Short, Coordinador Ejecutivo del Board de Afiliados Maryknoll
Cuando la editora, Rosa Beatriz, me solicitó que escribiera en “pocas líneas” lo que es la celebración de la fe para mí, el primer pensamiento que tuve fue, que la mayoría de las veces es más significativo, celebrar la fe en comunidad o por lo menos con dos personas que solos.
Aprendí mucho de la importancia de lo comunitario y la fe del pueblo de Bolivia y Ecuador cuando viví con mi familia en esos dos países.
El siguiente pensamiento yuxtapone dos imágenes: la primera, fue la majestuosa misa en la Basílica de San Pedro en Roma, con trompetas, órgano de gran pipa, coro profesional, el Papa, decenas de celebrantes y miles de fieles presentes.  Por el contrario, la segunda imagen es la de un simple servicio de oración al aire libre en el campo, con un solo guitarrista y, probablemente 30 personas presentes compartiendo su fe en unidad.  Ambas imágenes tienen su lugar, pero para mí, la segunda me llevó a estar más cerca de las Buenas Nuevas del Evangelio.
 
Magda de García-Salas, Guatemala
 
Celebrar la fe es vivir un día a la vez, cuidar la paz interior, establecer relaciones de respeto y tolerancia con las personas que nos rodean, sean conocidos o no.  No juzgar ni emitir juicios acerca de las personas por su apariencia.  No interferir en aquello que no es de nuestra incumbencia.
Ver a los hombres y a las mujeres con ojos de amor, ayudar a quien lo necesita, no sintiéndose superior o inferior a nadie.  Evitar pensar que el ir a misa todos los domingos nos hace salvos o nos da autoridad para condenar a los demás.  Haciendo parte de nuestra vida las enseñanzas de Jesucristo es una forma de celebrar la fe.


 

Por una vida digna


 DESCUBRIENDO EL SENDERO, MARYKNOLL HOY



Por Anabella Penados
Afiliada Maryknoll, Guatemala
 
 
El 22 de junio celebramos el tercer encuentro de Afiliados del Capítulo de Guatemala,  en la Residencia Maryknoll de la ciudad de Guatemala.  Participamos 18 personas de diferentes lugares: El Salvador, Estados Unidos y Guatemala (Lemoa, Quezaltenango, San Marcos, Coatepeque, Ciudad de Guatemala). El encuentro inició con una dinámica de presentación en la que cada participante comentó el trabajo de misión que realiza a través de un símbolo que lo representa: con pacientes de VIH, proyectos con jóvenes en riesgo, capacitaciones de crecimiento a personal, programas de pedagogía y educación, investigaciones de derechos humanos, proyectos con mujeres y dirección en artículos periodísticos entre otros. ¡Diversidad de misiones, todas  nutridas por el espíritu Maryknoll!  A través de un power point titulado La Familia Maryknoll, se recordaron las raíces que mueven el espíritu Maryknoll y la proyección que como misioneros se debe asumir.  Sendero que hemos venido caminando y el cual debemos reflexionar ante los desafíos y retos del siglo XXI.
 
Para la reunión se invitó a Tom Roberts, editor de National Catholic Reporter, quien compartió el tema: El Papa Francisco y los desafíos del clericalismo en la Iglesia Católica. El nuevo papado se visualiza como una renovación de la Iglesia, una vuelta a lo propuesto por Vaticano II, donde lo importante es la persona y su dignidad.  Insistiendo en la necesidad de fortalecer el que las personas como profetas, rompan el silencio y denuncien todo aquello que va en contra del Reino de Dios.  Los desafíos del Papa Francisco demandan que como miembros de una Iglesia viva se responda al llamado y colaboremos desde el lugar donde nos encontremos. También se invitó a nuestro querido amigo Dennis Smith, misionero presbiteriano, quien después de estar por muchos años en Guatemala, ahora se encuentra en Buenos Aires, Argentina.  Denis presentó el tema: Mega iglesias de Brasil, dando a conocer la historia del surgimiento y crecimiento de iglesias protestantes en América Latina y el impacto ideológico y pastoral de las mismas en Centroamérica.  Explicó cómo  los grupos neo pentecostales surgen en el contexto de la globalización económica y de consumo y cómo la religión ha sido entendida como otro artículo más, instrumentalizada para responder a necesidades existenciales.  La violencia institucionalizada que se vive y la crisis de valores evidencian  la incapacidad de las iglesias para responder al vacío existencial de las personas.  ¿Qué hacer ante esta situación?
 
Después de un diálogo rico en experiencias, análisis y discusiones nos preguntamos ¿Cómo el contenido de estas charlas ilumina el quehacer desde Afiliados/as Maryknoll?  ¿De qué manera seguiremos el sendero Maryknoll hoy ante los desafíos que marca la historia?
 
Desde una oración comunitaria tomada del folleto editado por las Sisters de Maryknoll, Mollie Rogers Worldwide view, de la sección Misión, una manera plena de vida,  cada afiliado/a  expresó sus sentimientos al ir tomando cada uno de los aspectos presentados: Gratitud, Diseño de Misión, Hilos de esperanza, Texturas de amor: “agradezco por los cinco años que llevamos de conformar este Capítulo, porque en este grupo se vive la diversidad de culturas y religiones, por compartir con personas maravillosas que también desean emprender el camino que Jesús desea, por tratar temáticas que en otros espacios no es posible hacerlo, porque cada uno aporta al mundo desde la misión que realiza, porque hemos cruzado fronteras en la familia, el barrio desde un sentimiento solidario, lo valioso que es salir al encuentro del otro y dejarse evangelizar, un hilo delgado que se fortalece con el estudio, el trabajo, tener energía y que no le duelan los pies al ir a visitar a las personas que Dios ama”.
 
Se finalizó la reunión inspirados en el mensaje de Mother Mary Joseph: “Dios todavía tiene mucho trabajo para nosotros” y el texto de Maryknoll Hoy, escrito por Sister Anna Hayden, MM, en la tercera edición de No tan Lejos del Horizonte.  Textos que dejaron en las y los afiliados los siguientes cuestionamientos: ¿Somos capaces de abrazar lo nuevo?  ¿Cruzar la frontera?  ¿Creemos que lo nuevo abre el horizonte?  ¿Cómo fortalecer nuestra amistad?

Por una vida digna

 

CAMINANDO AL ENCUENTRO DEL SEÑOR

Por Matt Russo
Director Misión Educadora de la Oficina de Maryknoll,
New Orleans, Lousiana
 
“Juntos como hermanos, miembros de una iglesia – vamos caminando al encuentro del Señor”.  Palabras de un canto religioso que se canta mucho en las liturgias de la Basílica de Esquipulas, municipio de Chiquimula en la República de Guatemala.  La primera vez que visité Esquipulas, fue en enero de 1987.  Un compañero de clase, ahora sacerdote benedictino, me invitó a pasar un tiempo en el monasterio donde vivía.  Los monjes de la Abadía asisten a los cientos (a veces miles) de peregrinos que diariamente acuden a veneran al Cristo Negro –una imagen oscura tallada a mano de Jesús crucificado, que está guardada como una reliquia en la gran Basílica.  La primera vez que visité Esquipulas, sabía poco español, menos de Esquipulas y mucho menos cómo llegar al lugar una vez que aterricé en la ciudad de Guatemala.  El Padre David me dijo: “tome el autobús de Rutas Orientales que lo llevarán directamente al lugar”.  Se le olvidó decirme que sería un trayecto largo, que duraría 5 ½ horas, que el bus no tenía servicio sanitario, iba lleno de personas y un clima caluroso.

Cuando asumí el ser educador misionero con Maryknoll, descubrí que la mejor manera de enseñar a las personas lo que era una misión, era invitarlas a conocer América Latina, lugar en el que conocerían misioneros y podrían involucrarse en actividades de misión, al mismo tiempo que entrar en contacto con la vida de los pobres – aunque fuera por un tiempo corto.  Hay un dicho que dice que la misión es “estar con el pobre y vivir con el pobre”.  Mi trabajo con la misión se resume así: “estar con el pobre y vivir como pobre”.  Mi trabajo con los programas de inmersión – misión los he llevado a cabo en los hogares y barrios de cientos de personas pobres de Ecuador, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México y también con una comunidad cerca de Cap Haitien en Haiti.

Ser un educador en misión ha sido un reto para mí, porque el concepto que la Iglesia tiene acerca de lo que es una misión, ha cambiado desde que Maryknoll comenzó hace cien años.  Algunas veces las nuevas enseñanzas molestan a las personas porque pareciera que siguen prácticas sin reflexionarlas.  Invariablemente la primera pregunta que hace un participante interesado en el programa de inmersión - misión es ¿Qué vamos a hacer?  Los Misioneros muchas veces hablan del éxito de la misión, cuando lo relacionan con lo que hicieron, ya sea espiritual o materialmente.  Creo que es mejor preguntarse: “¿Por qué vamos?  El Padre Donal Dorr, un sacerdote – misionero – autor, dice de forma tan conmovedora en “La Misión en el Mundo de Hoy”,  que a medida que pongamos nuestra atención en quienes reciben de la actividad misionera y no en el gran trabajo y el gran regalo de los misioneros, comprenderemos que “misionar no es solo hacer cosas por las personas. Lo primero es estar con las personas – escucharlas y compartir con ellas y ellos”.  Cuando se presenta la posibilidad de hacer un viaje de misión nos preocupa “hacer”, lo cual es comprensible… nuestra cultura y espiritualidad nos ha transmitido que el ser importantes se nos medirá por lo que hacemos; la teología original de la misión nos ha enseñado que misionar y vivir un ministerio es dar y hacer por los pobres.   Pero ahora nos concentramos más “estar con” no “hacer para”.

El Hermano Marty Shea, un Misionero de Maryknoll de muchos años, habla de la misión como: “caminando con el pueblo”.  Cuando caminamos con el pueblo encontrarnos al Señor.  Puede ser que suene sacrílego decir, pero: “El Cristo Negro no vive en la Basílica, se le venera en la Basílica, Él vive entre las personas – en las calles y en los barrios y en las chocitas humildes”.  Y cuando nos comprometemos con seriedad a esta “caminata” o “peregrinación”, nos abrimos a la posibilidad de una conversión – no la conversión de las personas con quienes vamos a estar, sino nuestra propia ¡conversión! Una conversión que tiene que ver con el cambio fundamental en la manera de ver la vida –lo que hacemos, lo que tenemos, a quiénes considero mis amigos, qué preguntas me hago, a qué eventos pongo atención y a quién soy leal.  Muchas veces ir a misión, ayuda a esa conversión.

Los pobres de Esquipulas han estado tratando de enseñarme por veintidós años que el camino hacia la santidad – el camino hacia Dios - está en obedecer las demandas de cada día.  Creo firmemente que Solo caminando Juntos como Hermanos encontraremos al Señor.
 

Noticias

 

PROGRAMA DE INMERSIÓN EN GUATEMALA

 

16 educadores y religiosas estadounidenses viajaron a Guatemala para participar en el Programa de Inmersión, organizado por Matt Russo (Director de la Oficina de Educación Y Promoción Misionera de Maryknoll en Nueva Orleans).   Del 11 al 19 de junio tuvieron la oportunidad de crecer en el amor a Cristo a través de vivencias más allá de sus fronteras, ya que el Programa de Inmersión ofreció a los educadores la oportunidad de encontrar a Dios en lugares inesperados y así al regresar compartir esta misión con su parroquia y diócesis.

El Programa ofreció a los educadores: una charla impartida por el Instituto EducaGuatemala, del cual  algunas integrantes son afiliadas Maryknoll, visita a la tumba de Monseñor Juan Gerardi y plática con personas de la Oficina de los Derechos Humanos de Guatemala (ODHAG); experiencia vivencial en Esquipulas (municipio del departamento de Chiquimula en Guatemala) donde tuvieron la oportunidad de visitar escuelas públicas e instituciones que ofrecen programas de crecimiento a los niños, visitas a las casas de las familias de algunos niños, visita al Programa Caminando por la Paz en la zona 18, de la ciudad capital.  Acompañando todas estas experiencias con la oración y reflexión.

El Instituto EducaGuatemala, presentó las implicaciones de la educación vista como una mercancía y no como un derecho humano y la manera en que el sentido pleno del derecho a la educación se relaciona con las dimensiones políticas, económicas y culturales de una sociedad así como el impacto que esto tiene en las personas. 

Se presentó un análisis del sistema educativo y su incidencia en la problemática del país y se invitó a responder a la pregunta:   ¿A qué me llama esto? Los educadores estadounidenses fueron escribiendo en un reguilete, que es el símbolo de EducaGuatemala, el cual es un colorido juguete tradicional. El reguilete con la energía del viento o un sencillo soplido se transforma en un hermoso y colorido espectáculo de movimiento y color... ¡Se invitó a nuestros visitantes a crear un hermoso movimiento de transformación!