sábado, 18 de octubre de 2014

¿Qué pasa en Latinoamérica?

SITUACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA EN GUATEMALA
 
Por Área de Cultura de Paz de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala -ODHAG-
 
 
 
“ESTAMOS LLAMADOS A CONSTRUIR LA PAZ DESDE LOS MAS PEQUEÑOS”
Monseñor Juan Gerardi Conedera
 
Parte del compromiso y misión de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala -ODHAG- es acompañar, promover y defender el cumplimiento de la vigencia de los Derechos Humanos.  En ese sentido desde 1996 ha monitoreado y dado seguimiento a la situación de la niñez y adolescencia en Guatemala.
 
Es así como con mucha preocupación e indignación se ve cómo la problemática de la niñez y la adolescencia se agrava como resultado de la violencia estructural, dejando al descubierto las causas de problemáticas históricas no resueltas del país.
 
De esta manera, se considera intolerable el hecho de que durante el año 2013 murieron 5,252 personas víctimas de homicidios violentos (Datos de Policía Nacional Civil-PNC-), un 2% más que en el 2012, incrementando la tasa de 34 a 35 homicidios por cada 100 mil habitantes, una de las más altas de América Latina.  Es indignante que de esa cantidad de homicidios, en 2013, 504 hayan sido cometidos con arma de fuego en contra de niños, niñas y adolescentes entre los 0 y 18 años de edad (Datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses-INACIF-, es importante considerar que esta fuente registra los casos que requieren algún tipo de investigación y peritaje forense).
 
La mortalidad infantil tuvo un incremento del 11% entre 2011 y 2012, de 3,868 a 4,276  (UNICEF: El Estado Mundial de la Infancia de 2013). Asimismo, cada 2 horas murió un niño/niña menor de 5 años por causas prevenibles como enfermedades bronquiales y diarreicas. Esto indica que en Guatemala el derecho a la vida está siendo violado cotidianamente al igual que otros derechos; mientras se prioriza la compra y regulación de armas, más niños y niñas pagan con sus vidas esta opción. El Estado quebranta el derecho a la salud de los niños, niñas y adolescentes guatemaltecos. La desigualdad se hace visible en la inversión en este sector que apenas alcanza 2.4% del PIB. Solamente el 26% de los niños/niñas menores de 7 años tienen acceso al seguro social, los demás son sujetos de ser atendidos en salud pública, en servicios de salud privada o simplemente no tener acceso.
 
Es preocupante que Guatemala sea el país centroamericano con la tasa más elevada de mortalidad neonatal (15%) (UNICEF: El Estado Mundial de la Infancia de 2013) y de mortalidad en menores de 5 años con un 30 por cada mil (Datos del Banco Mundial), así como el segundo país con más incidencia de niños con bajo peso al nacer (9%) (Datos de la Organización Panamericana de la Salud).  Esto nos muestra que no se están ofreciendo condiciones de protección para garantizar la vida de los niños y niñas menores de 5 años. Datos del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social revelan que para el 2013, se registraron 194 muertes de niños y niñas menores de 5 años a causa de la desnutrición.  Estas cifras reflejan un aumento de 56 % en comparación con el 2011 por esta misma causa (Datos del IPDH), a pesar de la gran campaña publicitaria del gobierno  del programa “Hambre cero”.  Es alarmante el hecho de que para el 2013 se contabilizaban, en promedio, que cada 2 horas una niña entre 10 a 14 años resultó embarazada datos que suponen una violación sexual en cada caso (Datos del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social-MSPAS-).
 
 
En lo que se refiere al derecho a la educación, es indignante que solamente 4 de cada 10 adolescentes entra a la educación básica y 2 de cada 10 tiene acceso al diversificado, pero más aun el hecho de que solamente 3 de cada 10 estudiantes del sistema de educación pública se encuentran en edad escolar apropiada, generando con ello otras problemáticas como el acoso escolar.
 
Otra de las realidades alarmante, es que a causa de la falta de acceso a servicios básicos, y en un ambiente de violencias, existe la presión que lleva a niños y niñas a migrar de forma ilegal, exponiéndose a diferentes amenazas y abusos. De acuerdo a los registros de los últimos dos años cada 3 horas un niño, niña o adolescente pasa la frontera mexicana hacia Estados Unidos para luego ser deportados, estos sin contar aquellos que llegan a reunirse con su familia, quienes en el camino son víctimas de explotación y trata, o peor aún aquellos que no viven para ser registrados. Entre el año 2012 y 2013 hubo un incremento del 9% (de 2,331 a 2,532) de niños, niñas y adolescentes deportados por vía terrestre desde México.
Guatemala es el país centroamericano que menos invierte en la niñez y adolescencia. Mientras países como Honduras, Costa Rica y Nicaragua destinan más del 6% del PIB a la infancia, el Estado de Guatemala únicamente invierte el 3.1%. Durante el 2013 invirtió un promedio de Q5.10 diarios por cada niño y niña (Datos del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales-ICEFI- y UNICEF). 
 
Consideramos indignante que ante esta situación no se realicen suficientes esfuerzos por prevenirla desde sus causas estructurales, aquellas que tienen que ver con la desproporción en la distribución de la riqueza, con la explotación, con la exclusión expresada en el desempleo y no acceso a los servicios básicos, el racismo, adulto centrismo, machismo y cualquier tipo de discriminación. Todos estos problemas no resueltos son resultado de la articulación histórica de los sistemas de desigualdad y de exclusión cuyo máximo riesgo es la muerte social de cientos de miles de niños, niñas y adolescentes en las que el Estado resulta ser coautor de su perpetración.  Una sociedad regida por estos sistemas, es una sociedad necesariamente carente de paz social y justicia económica.
La ODHAG al igual que la sociedad guatemalteca, reclama justicia y exige al Estado que cumpla con su deber de garantizar la vida de los habitantes de la República, especialmente de los más indefensos. Los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes implican más que la sobrevivencia, el buen vivir, una vida digna.
Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, ODHAG
 
 

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