AYOTZINAPA
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Por Cecilia Quijano
Afiliada Maryknoll Mérida, Yucatán,
México
Coordinadora Región Mesoamericana
Ayotzinapa,
un poblado que se encuentra en el Estado
de Guerrero, México, fue lugar de una terrible situación el 26 de
septiembre. Estudiantes normalista – que
se preparan para ser maestros/as – iban de gira para reunir fondos y poder
asistir a un evento conmemorativo; sin embargo su causa representaba un
conflicto para los intereses políticos.
Dos camiones que llevaban estudiantes fueron interceptados por la
policía local, amenazándolos y
agrediéndoles al dispararle directo a los camiones. Algunas personas presentes perdieron la vida
y 43 de los estudiantes, fueron llevados por la policía local.
Desde
entonces están desaparecidos. Hasta el
momento hay distintas declaraciones, pero realmente no hay certeza de lo que
sucedió con los estudiantes. El
procurador general ha dicho que fueron entregados por la policía local a un
grupo delictivo y fueron ellos quienes los asesinaron.
La
situación es dolorosa, frustrante y grave.
Dolorosa porque la muerte y desaparición de personas civiles es
constante, este incidente solo fue la punta del iceberg de una situación grave
que vivimos. Ha generado falta de
confianza hacia los funcionarios a distintos niveles, desde la policía local de
los municipios hasta el presidente de la república. A lo que muchos se preguntan: ¿A quién
podemos acudir?
Varias
personas han alzado su voz exigiendo a los medios de comunicación divulgar la
información, pero las televisoras nacionales tampoco han dado gran
difusión. Gracias a los medios de
comunicación masivo alternos como internet y la presencia de la prensa
extranjero el hecho trágico se ha dado a conocer al mundo. Estudiantes de otros países, así como otras
personas, indignados ante el hecho se han unido a las marchas, protestas y
acciones en contra de la impunidad.
Otras personas exigen a las autoridades que den respuestas a la
población y otros nos exigimos como ciudadanos a no tolerar más los abusos de
poder, las violaciones a los derechos humanos, la corrupción y la
impunidad.
Debemos
reconocer que este acontecimiento no está aislado de otros más. Se han encontrado muchas fosas comunales, sin
saber hasta ahora qué grupo es el responsable: ¿narcotráfico, grupos delictivos
o el gobierno? es difícil ver la diferencia entre unos y otros.
En la
comunidad de Afiliados/as de Mérida, compartimos la frustración ante la complicidad
por los niveles políticos, no queremos alimentar la desconfianza hacia las
autoridades ni la inseguridad de protestar por los derechos. Creemos que como Afiliados/as podemos ser un
apoyo desde la oración, conocer más sobre este caso y otros similares en otros
países y hacernos sensibles ante la situación que vivimos los ciudadanos del
mundo. La oración nos ha ayudado a
ordenar nuestros pensamientos, sentimientos y llevarnos a actuar. Acciones pequeñas o grandes, fáciles o
difíciles, derivadas de la reflexión y el discernimiento de los valores
cristianos que tenemos la certeza que serán un impacto en la construcción de
una cultura de paz, tan necesaria para todos/as.
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