LA EXPERIENCIA EN CAMINANDO POR LA PAZ, GUATEMALA
Ron Covey
Coordinador del Programa Caminando por la Paz
Afiliado Maryknoll Houston- Guatemala.
Cuando me preguntan
qué me motivó a trabajar en el Programa Caminando por la Paz, (ubicado en la
zona 18 de la Capital de Guatemala, considerada área roja) muchas veces no sé
qué responder, porque no fue el resultado de una decisión consciente. Había planificado un maravilloso plan para
disfrutar de mi jubilación: descansar en mi jardín leyendo libros y
viajar. Pero me sucedió todo lo
contrario, lo cual me ha llevado a decirles a otras personas de mi edad que no
se jubilen porque a lo mejor terminarán más ocupados que antes. Creo que la mejor explicación que puedo darme
a mí mismo del porqué estoy en el Programa la tuve hace un año, cuando
participé en un taller que los afiliados/afiliadas ofrecimos a un grupo de
visitantes. Reflexionamos del “por qué
aceptar y actuar en el lugar que Dios nos ha colocado”. Reflexión que me llevó a encontrar la
respuesta, aunque ya tenía la motivación para continuar.
Haberme involucrado
en el Programa ha traído a mi vida un beneficio increíble. No tengo palabras para explicar todo lo que
he aprendido y la motivación que tengo para continuar con este
aprendizaje. Mejoraron mis destrezas con
internet para publicar un periódico, he creado un sitio web y trabajo para
perfeccionar presentaciones de power point.
Planifiqué una jornada espiritual con los vecinos. Recolectar fondos ha sido mi mayor reto, lo
que hace cinco años ni soñaba hacer. Aunque tengo mucho que aprender en esta
área, ante la necesidad de sostener económicamente el Programa me inicié en la
venta de café, debo decirles que ha sido todo un reto para mí. Sí, he aprendido
más de lo que imaginé acerca del café: cultivo, producción, tostado y
presentación para venderlo.
En estos últimos años
he vivido grandes experiencias con el Programa, pero la más grande de todas es el
sentirme muy orgulloso porque con la colaboración de los jóvenes hemos logrado
desarrollar grandes proyectos en estos cuatro años.
A veces ciertas situaciones me desalientan, no las
acepto tan fácilmente, muchas veces son las que me han ayudado a seguir
adelante. Y lo que más me ayuda es
aceptar que éste es el “lugar en
el que Dios quiere que esté, más que una motivación personal”. Aceptando
el mensaje de Dios me lleva a decirles a las personas que después de tres
cuartos de siglo de estar en este planeta, NUNCA HABÍA ESTADO TAN CONTENTO COMO
AHORA.
Karla González
Integrante del Programa Caminando por la Paz
Afiliada Maryknoll, Capítulo Guatemala.
Hace dos años, cuando
llegué al Programa Caminando por la Paz, me sentí contenta de ser muy bien
recibida por los jóvenes. Recién llegada recibí clases de inglés y ahora ya soy
maestra de tutorías y estudiante becada del Programa en mi primer año de
Universidad.
Me siento contenta porque
ayudo a otros niños/niñas a que estudien mejor, he aprendido a valorar cada detalle
por pequeños que sean, porque sé que son experiencias de vida. La sonrisa de los niños/niñas y su gratitud
me motivan a prepararme mejor y a seguir adelante, porque sé que ayudándolos
evitará que se unan a pandillas o a otras cosas por el estilo.
Freddy Sánchez
Integrante del Programa Caminando por la Paz
Afiliado Maryknoll, Capítulo Guatemala.
Antes de cumplir los once
años, ni pensaba en mi futuro, pero si veía que construían una casa en un área
de la zona 18, no sabía para qué era. Me acerqué a un joven del Programa y me
preguntó si quería colaborar en la construcción. Con mucha alegría empecé a trabajar con los
jóvenes. Fue así como a los once años mi
vida empezó a cambiar, los jóvenes me enseñaron nuevas cosas y a mí me gustaba,
pero aún no vivía en la Casa. Al cumplir 12 años, me ayudaron económicamente con
mis estudios y me proporcionaron otras cosas que necesitaba, seguía trabajando
en la casa y era para mí una gran alegría.
A los trece me dijeron que si quería vivir allí y acepté. Al principio me costó pero sé que todo en la
vida tiene un precio. Poco a poco me fui
acostumbrando a las reglas religiosas y educativas, y por supuesto seguí estudiando.
A los 14 años nos pasó algo muy doloroso, fallece el Padre Thomas Goeckler,
director del Programa. Fue muy triste,
pero aprendimos de él que “no importa lo que pase, cuándo y cómo pase, siempre
debemos seguir adelante para alcanzar nuestras metas y seguir luchando”. A los
quince años ya ayudaba a los niños/niñas de la Comunidad que llegaban al
Programa de Caminando por la Paz y me preocupaba porque todo saliera bien y que
quienes asistían la pasaran bien. Ya
tengo 16 años y continúo ayudando en el estudio y proporcionando alimentación a
los niños/niñas con el apoyo de donaciones que recibimos de personas amigas. Soñamos
porque en el 2016 y los siguientes años sigamos adelante con todos los
programas porque todos/todas los que en él participamos ponemos lo mejor de
nosotros/nosotras y nos gusta ayudar a la Comunidad. Las puertas están abiertas para que usted
también colabore con el Programa para que siga adelante.
Para más información del Programa Caminando
por la Paz visite: www.caminandogua.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario